Gracias a estas casas de acogida y la generosidad de las personas que se ofrecen como tal ayudan a miles de animales a tener una segunda oportunidad.
Las casas de acogida son un recurso ideal para ayudar a las protectoras de animales
Colaborando como casa de acogida, salvarás vidas, los animales que rescatamos necesitan conocer el lado bueno de los humanos, muchos de ellos solo han conocido el lado oscuro y cruel de aquellas personas que les rodeaban, otros han nacido y crecido en la calle, sobreviviendo, pasando miedo y hambre. Abrirles tu casa es abrirles tu corazón y prestar una ayuda inestimable en su recuperación y posterior adopción.
Si puedes hacer un hueco temporal en tu hogar a uno de nuestros animalitos, ¡no lo dudes!, estarás colaborando en esta enorme cadena de voluntades y esfuerzos que hacen posible la labor de proteger y ayudar a estos nobles animales en situación de desamparo.
Beneficios y contratiempos del animal acogido
Es evidente que hay muchos más beneficios que contrariedades para un perro o gato acogido en una casa, pero veamos en qué consisten ambos.
En el caso del perro, es un animal acostumbrado a vivir en manada, y estar en una jaula no es realmente beneficioso para él. Al optar a la convivencia en una casa de acogida tiene la opción de vivir de manera “natural”, libre, dentro de su manada humana, incluso de perder miedos y ser tratado por algún para liberarlo de sus traumas y sus heridas internas.
En el caso del gato, es un animal que vive en comunidad y aunque la jerarquía no es tan sumamente marcada como en el perro, son animales sociales. Las jaulas o gateras no son su lugar de vida ideal, y si tienen la oportunidad de estar en una casa de acogida pueden volverse realmente mimosos, mostrar esa cara dulce que todos los felinos tienen, y al igual que en el perro, despojarse de sus ansiedades, miedos, etc.
Como se puede observar prácticamente todo son ventajas, el único pero que se le podría poner y que es tan temporal como el llamado periodo de adaptación es a la hora de cambiar de una casa y familia a otra diferente.
En esos casos, el que será el propietario definitivo o temporal deberá saber cómo actuar en cada momento, deberá no agobiar al nuevo inquilino de su casa y darle su tiempo y espacio para que el perro o gato se adapte a su nueva situación. Esto suele suceder en el caso del perro unos pocos días; en el caso de los gatos un par de semanas. Por norma general, habría que ver en cada caso los matices que existan tanto en el perro o gato a adoptar o acoger y la nueva familia y componentes de cuatro patas que haya en la casa adoptiva o de acogida.
Lo más importante es que cuando se abre una casa de acogida se abre una segunda oportunidad de vida para muchos animales que se irán sucediendo a través del tiempo por ella.
Si quieres acoger a uno de nuestros peludetes envianos el siguiente formulario a info@axlamadrid.org